ONCE UPON A TIME… IN HOLLYWOOD.


RICK DALTON, EL UNICO QUE NO LLEVA GAFAS, EL UNICO QUE DEBERA ESTAR ATENTO A SU FUTUTO

SOLO CON EL MOTIVO DE ESCRIBIR UN  POCO SOBRE LA  PELICULA DE NUESTRAS VIDAS.

Andrés Varela Ferraris.

Una ligera aclaración antes de comenzar: no confundir la nostalgia que se genera cuando los Cines iluminan las calles ni el cariño con el que filma a sus protagonistas con una idealización de la época, Tarantino no mira el pasado usándolo de ejemplo, no lo utiliza para decir que es mejor.

Las características que reúnen los protagonistas y personajes que los rodean son propias de la época (no tan alejado de la actualidad) y son utilizadas en pós de la trama y el saber que nosotros podemos reescribir el pasado o el presente para sugerir un futuro más próspero.


1. EL INICIO

El juego de dobles comienza con los títulos invertidos.


El teórico de cine estadounidense David Bordwell dice en su libro El cine clásico de Hollywood que cada película de dicho periodo contiene tres características que son:

1.       Un romance heterosexual.

2.       La “obviedad” (que el espectador sepa lo que va ver).

3.      Una puesta en escena “invisible” (que el espectador no se dé cuenta que hay una cámara).

Tarantino toma las tres y hace de ellas una mezcla:

Si bien el primer punto no lo modifica demasiado siempre se encuentra que sus personajes están más en contacto y desarrollan relaciones con personajes de su mismo sexo. Él suele revelar cuál es la tendencia sexual del mismo, pero no es marca registrada de su cine el sexo y tampoco los romances, más bien, cuenta lo que no pudo llegar a ser, como Mia y Vincent en Pulp Fiction o como Jackie y Max en Jackie Brown, y porque no como el casting entero en Perros de reserva, amistades que terminaron y amistades que nunca pudieron ser (Mr. White y Mr. Orange) por el trabajo fallido.

Con las siguientes dos características podemos desarrollar que estamos tratando a un director que es todo lo contrario a alguien que quiere usar una puesta en escena invisible, más específicamente, por la gran influencia que tiene del cine de dos virtuosos con la cámara como lo son Brian De Palma y Martin Scorsese, QT hace de sus inicios el uso de lo obvio, a los pocos minutos de la película podemos saber el qué tratará, no es así con el cómo lo hará.

A los pocos segundos de Django ya sabemos que es sobre la esclavitud, el porqué de la historia no lineal que plantea en Pulp Fiction es porque sabe que le debe dar diferentes comienzos a historias que en su naturaleza son un cliché para el cine.

En el inicio de Había una vez en Hollywood toca ver un travelling hacia atrás que nos termina ubicando en el asiento trasero de un auto, a los segundos se suben Rick y Cliff y lo primero que escuchamos es la canción “Treat Her Right” cuya primera línea es “voy a contarte una historia”.

Y si se quiere, es la manera de resumir la película, de pasar el rato con ellos, de ver que hacen y que les pasa dentro de su mundo, de mirar con ellos hacia afuera en otra época, acompañarlos al Cine y a los Estudios, de reírnos cuando se equivocan y estar presentes en el momento que se ponen de pie.

El filme casi que es contemplativo de sus personajes, pero nunca cae en los tópicos que la mayoría de ese tipo de películas atraviesa.

El tiempo que se recrea es Hollywood de 1969. En los meses que trascurren los hechos es propicio decir que esta época estaba llegando a su fin y los cambios que se producen entre lo que sucedió en la vida real y la ficción podemos deducir que Tarantino con Había una vez en Hollywood cierra su trilogía de “la justicia”. Iniciada en Bastardos sin gloria y continuada con Django. 

Si bien la película se desarrolla en un final de década no es casualidad que el estreno sea en otro final de década, es decir, hay una necesidad de igualar y de empatar los tiempos de hoy con el ayer.

Yendo un poco más al grano, Tarantino es consciente de que el cine se encuentra en estado crítico, hoy la industria del cine hollywoodense (la más grande del mundo) está cargada de películas en donde no hay una preocupación real, es cine descomprometido para contar historias, un cine donde solo predominan las secuelas, remakes, sagas y biopics.

Tarantino al entender su condición de artista lo mejor que puede hacer es abordar el asunto como él sabe, haciendo cine.


2. RICK and CLIFF

Al Pacino y un 2019 para el recuerdo. El Irlandés y había una vez en Hollywood.


Es Al Pacino haciendo del productor Marvin Schwarz quien le dice a Rick que debe ir a Roma a hacer películas para salvar su carrera. Como él tuvo que ir a Italia para salvar su vida en El Padrino.

Desde el inicio se puede entender como un acto de afecto del productor para con el actor, los mismos actos que tiene Cliff, los que tendrá Sharon cuando abra la puerta al final o anteriormente cuando decida regalarle un libro a su esposo y porque no el hecho de que Cliff lleve a una chica Hippie hasta el rancho donde vive con sus amigos.

Rick Dalton sale de la reunión con la seguridad de que su carrera está acabada, su doble de riesgo y amigo, Cliff Booth, lo intenta convencer que ir a Italia no es tan malo como parece, es Cliff quien lo apoya, cuida su casa, quien arregla su antena y lo lleva al set de filmación.

Se podría decir que los personajes actuarán como si fueran una familia, o es lo que buscan o desean.  

Tarantino decide separar la industria en dos mostrando a los protagonistas amables unos con otros y estos no recibiendo lo mismo porque de otra manera no habría película. QT necesita la industria que tanto conoce.  


Cliff en su remolque, el doble de riesgo, vive detrás de un autocine.


Si esta es una película de dobles de riesgo y segundas oportunidades, cada acción tiene su otra cara de la moneda, si un productor (Marvin) ayuda a Rick, hay otro que no ayuda a Cliff, más específicamente Randy, interpretado por Kurt Russell, que tampoco tiene los papeles más amigables en las películas de Quentin.

Mismo ejemplo cabe para la mujer de Randy, interpretada por Zoe Bell (doble de riesgo en la vida real) donde le dice a Cliff que no puede trabajar más, es una suerte de contraposición de Sharon en el filme. Lo mismo sucede con Rick, si él es un actor en caída/estancado se encuentra con una actriz prodigio, que tiene lo que él no: juventud. 

El personaje de Brad Pitt tiene una peculiaridad, tiene la fama de haber asesinado a su esposa. Hecho que QT decide dejar fuera de campo pero igualmente mostrarnos una escena donde ellos discuten, la cual transcurre en un flashback dentro de otro flashback.

En la película Cliff cumple con todo lo que le pide Rick y llegando al final sabemos que ellos no van a trabajar más juntos. Le pagan de la misma manera cuando le pinchan la rueda en el rancho antes de dejar allí a Pussycat, lugar en donde fue a visitar al dueño que por ceguera y edad no logra reconocerlo. Tal vez, QT mira hacia adentro de la industria y nos enseña un ejemplo de que una parte quedó anclada en el tiempo, que muchas personalidades del mundo del cine no supieron o pudieron reinventarse, cosa que si intenta hacer Rick.

En un momento del filme se menciona a Sergio Corbucci, director admirado y bien robado por QT, él es quien dirigirá una de las películas donde actuará Rick en Italia, se dice que su actuación cae bien en la galería de antihéroes que propone Corbucci.

Pensándolo de otra manera, puede que el antihéroe al cual se refiere la voz en off sea el propio Cliff, Tarantino es consciente de que cuando los créditos se adueñan de la pantalla nos damos cuenta de la verdadera importancia de Cliff en la historia, por eso le agrega el mote de “asesino de esposa”, Tarantino no desea un héroe impoluto, él quiere hacernos saber que va a lograr que nosotros simpaticemos con un tipo que puede que no esté completamente limpio.


Lugares que se disponen como cuadriláteros. Érase una vez en el Oeste (1968). 

En las ficciones de Sergio Leone los protagonistas frustran una posible relación de amistad debido al dinero o a la preservación del mismo, en cambio, QT hace que las relaciones se frustren por los diferentes mundos al que pertenecen o ideologías que los diferencian, en Había una vez en Hollywood como Rick y Cliff parecen compartir un código y el mismo lugar de trabajo, el detonante que los separaría son los hechos históricos. Por eso Tarantino toma épocas para que transcurran sus películas (nazismo, esclavitud y en este caso los asesinatos del clan Manson) porque le permite que sus personajes desarrollen sus actitudes tan peculiares y de paso tener un contexto para mostrarle a los espectadores la forma en la elige tratar dicho momento de la historia.

En Bastardos sin gloria los Nazis no son los que tienen las actitudes más cuestionables, por otro lado los americanos son los que tienen rasgos más psicópatas. Esto ocurre porque Tarantino sabe que el público entiende que los Nazis son los malos en la historia. Por eso se da la libertad de correr la vara. Es un director que toma por inteligente a su audiencia.

Con el caso Manson y la figura de él en sí, está más que claro el deseo de poner el foco en los jóvenes del clan y en ridiculizar al líder. 

Juntos en el principio y separados en el final.

Resumiendo, si esta película decíamos que era de segundas oportunidades, Cliff ya al haber salvado a Sharon y a Rick, no merece morir, Tarantino también lo deja con vida a él.
En 1984 Sergio Leone dirigió lo que sería su última película, llamada “Había una vez en América” en donde despide al cine que tanto filmó y donde reflexiona como nunca sobre la amistad. Tarantino parece ir por el mismo camino pero con una diferencia muy grande sobre el final, en la de Leone el personaje de James Woods después de volver a encontrarse con el personaje de De Niro “desaparecía” cuando un camión de basura pasa por delante de la cámara, en cambio, en Había una vez en Hollywood Rick le agradece por ser un buen amigo y a Cliff se lo lleva una ambulancia.

Como dice el teórico Harold Bloom, el alumno debe traicionar al maestro, Tarantino sabe que nunca será Leone, por eso, antes de dar el último paso, filma su propio final. 


3.  LAS RUBIAS TOMAN VENGANZA

 Ahora, a lo más importante: Sharon Tate. 

Dos Sharon, dos pantallas, un homenaje.

Si hay una manera de usar el arte como medio para expresar alguna preocupación/obsesión o miedo, esta película es la respuesta, en este caso a la obsesión por la figura e historia de Sharon Tate, Había una vez en Hollywood es el resultado final de muchas otras películas donde se tocó el tema lateralmente.

Tarantino en Kill Bill cuenta la historia de una venganza, en donde el personaje de Uma Thurman es una creación a la venganza de Sharon. ¿Cómo saberlo? Por las características que reúnen: dos mujeres embarazadas y rubias son mandadas a matar a manos de un grupo de personas bajo la orden de un líder, además la cruel manera en la que sucedieron los hechos.

Mismo caso puede aplicar para las protagonistas de Bastardos Sin Gloria, donde son dos rubias que tienen obligaciones ligadas al mundo del cine, sin ir mas lejos, una actriz y la dueña de un Cine.

En Kill Bill QT abre su abanico de personajes mujeres tomando venganza para las próximas películas, como lo son el segundo grupo de amigas que vengan (inconscientemente) al primero en Death Proof o las ya mencionadas Shosanna  y Bridget von Hammersmark en Bastardos Sin Gloria.


Hitchcock x Tarantino. Rubias inspiradas por Sharon haciendo justicia. 


Cuando toca ver la secuencia de la mansión Playboy, podemos notar que baila sola, como si nada pudiera estorbarla y nadie pudiera acceder donde esta ella. La primera vez que Sharon aparece es bailando en un avión, el plano que se toma adentro del avión antes de mostrarla toma altura, es como elevar lo que ya está alto.

El único momento donde aparece Manson y tiene contacto visual con ella es cuando Cliff está en el tejado y parece estar cuidando todo, como efectivamente lo hará.

Cada vez que Rick y Cliff miran alguna pantalla en la película esa es la del televisor, caso contrario lo que sucederá con Sharon, ella se ve en pantalla grande, ella disfruta de verse así misma actuar, disfruta de ver cómo la gente a su alrededor ríe con su película, en el momento que está en la sala la podemos observar como la cámara la registra, cosa importante tomando en cuenta la reconstrucción minuciosa que hay en el filme sobre como ella vivía. Esto da a entender que está totalmente comprometido con la causa de que nosotros veamos las emociones de alguien que cuando se la menciona evoca un recuerdo más bien triste que otra cosa. Lo más importante de la escena del Cine es que vemos a la Sharon Tate de verdad haciendo lo que no pudo hacer más, actuar. Es un rescate inmenso a la hora de hablar de homenajes, es tomar decisiones, lo que los nuevos cineastas ya no hacen.

Mientras Cliff ocupa el lugar de Sharon y cambia la historia, la escena se resuelve con la canción “Illusions of My Childhood” cuyo estribillo recita: “hazme libre” mensaje del propio Quentin al por fin liberar tanto su obsesión por cambiar el trágico final o de la misma Sharon pidiendo lo que nunca pudo tener.

Un momento hermoso es cuando antes del clímax vemos que Sharon se acuesta con ropa apretada y luego de que le abra las puertas de Cielo Drive a Rick ella lo recibe con una camiseta holgada con el número 17 en la espalda, número que en el Tarot evoca a la estrella y en la numerología a la luz.

Ahora está completamente a salvo y la familia del cine se reunió en lo que probablemente sea uno de los planos más emotivos que filmo Tarantino en su vida, un plano alto, casi cenital casi panorámico, donde se puede interpretar que es el plano de una mirada. De una mirada que está en lo más alto de todo el film.

Había una vez en Hollywood fue la oportunidad de Tarantino de revivir y tocar de manera directa una de sus mayores preocupaciones. También fue una oportunidad para el espectador de estar a oscuras en la sala pero al mismo tiempo bajo el sol de California. Y llegando al final no saber que pasará cuando estemos sumidos en la oscuridad absoluta.

Puede que hoy en día la película no sea de la que más se hable dentro de su filmografía, ni la más traída a colación por los medios con más llegada a la audiencia, pero, el tiempo pondrá en su lugar a una obra de tal magnitud.

Quentin en unos de sus films más emotivos y personales, parece haber jugado su as bajo la manga.

Si el cine de hoy se encuentra en estado de emergencia se lo debe salvar haciendo películas, y él ya hizo la suya, en donde el cine salva al cine. 

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